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martes, 18 de marzo de 2014

Asma


Asma


¿Qué es el asma?
El asma es una enfermedad crónica que se caracteriza por ataques recurrentes de disnea y sibilancias, que varían en severidad y frecuencia de una persona a otra. Los síntomas pueden sobrevenir varias veces al día o a la semana, y en algunas personas se agravan durante la actividad física o por la noche.

¿En que consiste un ataque de asma?
Durante un ataque de asma, el revestimiento de los bronquios se inflama, lo que provoca un estrechamiento de las vías respiratorias y una disminución del flujo de aire que entra y sale de los pulmones. Los síntomas recurrentes causan con frecuencia insomnio, fatiga diurna, una disminución de la actividad y absentismo escolar y laboral.

¿Que provoca un ataque de asma?
El asma es un trastorno respiratorio crónico que se caracteriza por ataques recurrentes de disnea y sibilancias. Algunas causas y desencadenantes son comunes a todas las personas que sufren la enfermedad, pero hay también diferencias individuales. Aunque las causas últimas del asma no se conocen del todo, los factores de riesgo más importantes son productos inhalados, entre los que cabe citar los siguientes:


  • Alérgenos en espacios cerrados (por ejemplo los ácaros del polvo presentes en la ropa de cama, las alfombras y los muebles tapizados, la contaminación y la caspa de los animales domésticos);
  • Alérgenos en espacios exteriores (como pólenes y mohos);
  • Humo de tabaco, y;
  • Productos químicos irritantes en el lugar de trabajo.



Otros factores desencadenantes pueden ser el aire frío, una emoción extrema, de enfado o miedo, y el ejercicio físico.
En algunas personas el asma puede sobrevenir en respuesta a algunos medicamentos, como la aspirina y otros antiinflamatorios no esteroideos, o los betabloqueantes (empleados contra la hipertensión, algunos problemas cardiacos o la migraña). También la urbanización se ha asociado a un aumento de los casos de asma, pero no está clara la naturaleza exacta de esa relación.

Según estima la OMS, hay en el mundo unos 235 millones de personas que sufren asma. Aunque no se puede curar, un tratamiento apropiado permite controlar la enfermedad y disfrutar de una buena calidad de vida. Además, algunos niños con formas moderadas de la enfermedad superan sus síntomas con los años.


Historia del asma
El asma ya era conocida en tiempos de los egipcios, donde había más de 600 tratamientos.
El término viene del griego que significa: ”EXHALAR JADEANDO CON LA BOCA ABIERTA”
Estaba considerada como una enfermedad que afectaba a personas que estaban en contacto con telas o metales.
En el S XVII se establece la conexión entre el asma u e polvo orgánico.
Los nativos del suroeste de América se dejaban morder por pequeñas serpientes para inhalar su veneno y crear resistencia a ella,
S: XI los curanderos chinos hacían inhalar así pacientes extractos de llagas de varicela, aunque no tenía consecuencias buenas, sería u  adelanto a la vacuna respiratoria.
En 1891 se comprueba que son microorganismos los causantes de esta enfermedad.
1902 se publican los documentos para crear anafilaxis.
A partir de 1011 se publican los primeros tratamientos  de vacunas contra el asma, los cuales serían mejorados con el tiempo.

Estadísticas:
Que nos dice la OMS.
La tasa de letalidad del asma es relativamente baja en comparación con otras enfermedades crónicas; no obstante, en 2005 fallecieron 255 000 personas por esa causa.
La OMS calcula que en la actualidad hay 235 millones de pacientes con asma.
El asma es la enfermedad crónica más frecuente en los niños.
El asma está presente en todos los países, independientemente de su grado de desarrollo.
Más del 80% de las muertes por asma tienen lugar en países de ingresos bajos y medios-bajos.
A menudo el asma no se diagnostica correctamente ni recibe el tratamiento adecuado, creando así una importante carga para los pacientes y sus familias, y pudiendo limitar la actividad del paciente durante toda su vida.
Las muertes por asma aumentarán en casi un 20% en los próximos 10 años si no se toman medidas urgentes. El asma no se cura, pero con un diagnóstico y tratamientos adecuados y la educación del paciente se puede lograr un buen control de la enfermedad.


¿Es frecuente el asma en México y en Los Cabos, porque?
Sí, es frecuente en todos los países, independientemente de su grado de desarrollo. Más del 80% de las muertes por asma tiene lugar en los países de ingresos bajos o medio bajos, ósea en desarrollo. Para lograr un control eficaz es imprescindible que los medicamentos estén disponibles a la población más vulnerable.

En México de 112 millones de mexicanos, se calcula que aproximadamente 40 millones de mexicanos padecen una enfermedad alérgica y por lo menos 5 millones tienen asma.

El estudio del ISAAC (estudio internacional del asma y enfermedades alérgica en la infancia por sus siglas en inglés) es un estudio que evaluó los patrones globales de la prevalencia y severidad de los síntomas de estas enfermedades reporto que en México la prevalencia de Rinitis Alérgica varia del 11% en pacientes de 6-7 años de edad hasta un 15% en el grupo de 13 años; un 6% en Dermatitis atópica  y 8.5% en Asma.


Como se debe de aplicar el tratamiento:
Como lo recete y lo explique el médico tratante. Lo importante es controlar la enfermedad y evitar las urgencias por mal control o mala aplicación del tratamiento.

Generalidades de los inhaladores:
Son medicamento de rescate, eso quiere decir que tenemos que utilizarlos siempre que se tenga una crisis o un episodio agudo. Se tiene que tener un tratamiento de mantenimiento.

Los espaciadores, donde los encontramos, porque funcionan.
Funcionan porque evitan que el disparo a gran velocidad deje el medicamento impactado en la faringe del paciente, y después cerca del 90% se deglute o se traga, haciendo que el medicamento no se aplique en las vías respiratorias y por lo tanto no funcione. Con el espaciador permite que el medicamento quede suspendido para poder inhalarlo y ahí es justo donde queremos que ingrese, en las vías respiratorias no en el tracto gastrointestinal.
Se encuentran con tu médico y él te enseñará a manejarlo.

De todas formas este es un video informativo  español donde explican cómo utilizar los dispositivos de manera fácil.



 

MITOS DEL ASMA

El asma es una alergia.
Falso. Lo que ocurre es que aproximadamente 50% de los asmáticos tiene también algún tipo de alergia y, en ellos, los estímulos ambientales, ciertos alimentos (solo un 2% de asmáticos tiene una alergia alimenticia que podría inducir una crisis) y medicamentos pueden desencadenar un episodio de asma.
Si a mi hijo no le falta el aire, no es asmático.
Falso. Un gran número de asmáticos nunca o casi nunca se asfixia. El síntoma más importante y, en ocasiones, único puede ser la tos, especialmente aquella asociada a ejercicio; infecciones respiratorias; cambios bruscos de temperatura (especialmente de calor a frío); inhalación de algunos químicos o, incluso, reírse.


El asmático debe usar medicamentos solo cuando tiene síntomas.
Falso. La enorme mayoría de los asmáticos mantiene inflamación persistente en los bronquios y los pulmones, y debe utilizar sus medicamentos regularmente, incluso, cuando se siente bien. Si se demuestra por métodos objetivos (medidas de función e inflamación pulmonar) que la enfermedad está controlada y los episodios de pecho apretado son muy esporádicos, algunos asmáticos podrían usar tratamiento intermitentemente, recibiendo vigilancia estrecha.


Las medicinas para el asma son peligrosas.
Falso. Más de 250 mil personas mueren prematuramente por asma cada año. La enorme mayoría por estar mal medicada.
Los medicamentos para asma son seguros y efectivos, cuando son bien utilizados.
Los esteroides inhalados (no tienen relación con los que usan ilegalmente algunos atletas para aumentar sus músculos) constituyen el mejor tratamiento que tenemos para controlar el asma y evitar que la enfermedad produzca al asmático daño permanente.


Las vacunas contra alergias curan el asma.
Falso. Las vacunas contra alergias no curan el asma. En algunos asmáticos que también tienen alergias y cuya enfermedad es desencadenada por ellas, las vacunas pueden tener algún papel dentro del tratamiento, pero esto debe ser individualizado. De hecho, las vacunas contra alergias están contraindicadas en todos los niños menores de 5 años de edad y en todos aquellos que no tengan su asma controlada. No deben ser utilizadas para reemplazar tratamientos que han demostrado ser efectivos y seguros. Los mayores y mejores estudios publicados hasta ahora arrojan resultados conflictivos y sugieren que la mejoría en la percepción de los síntomas es frecuentemente mayor que la mejoría objetiva que se puede medir con pruebas respiratorias. Vacunar a todo asmático (y a todo alérgico) es un error.


El asmático no debe “agitarse” ni “serenarse”.
Falso. Uno de los objetivos más importantes del tratamiento es devolver al asmático su calidad de vida. Un asmático bien controlado debe tener la misma calidad de vida que alguien que no tiene asma, lo cual incluye practicar el deporte de su elección. Los servicios de urgencias de hospitales alrededor del mundo están llenos de asmáticos mal controlados. Un asmático con buen control y bien educado en su enfermedad tiene mínimas posibilidades de tener que buscar atención de urgencia.


El asma se cura con la edad.
Falso. El asma no se cura (hasta hoy) ni con la edad ni de ninguna otra forma. Hay personas cuyos síntomas se apaciguan en algunos momentos de la vida (p.ej.: adolescencia, embarazo, cambios de ciudad o país). En esos determinados momentos, esta puede comportarse de manera diferente y algunas personas que se asfixiaban antes y ya no lo hacen, tienden a pensar que su enfermedad se curó, pero no es así. La enfermedad está en sus genes y los acompañará adonde vayan.


Los remedios naturales curan el asma.
Falso. No tenemos cura para el asma hasta este momento, natural o no natural, y reemplazar los medicamentos por remedios naturales ha demostrado miles y miles de veces ser inefectivo y peligroso. Tampoco hay dietas que curen o detengan el asma. Una dieta balanceada; hacer ejercicio regularmente; utilizar medidas para controlar el estrés y los contaminantes ambientales; disminuir el consumo de preservativos y otros químicos; bajar de peso y disminuir así el reflujo de ácido desde el estómago hacia arriba; sacar a los animales de las habitaciones y seguir las medidas generales de higiene pueden ayudar a disminuir el riesgo de exacerbaciones.


Los chihuahuas (u otros animales) curan el asma.
Falso. La Luna no es de queso, los minotauros no existen y los chihuahuas no curan el asma. Los mitos y leyendas urbanas son solamente eso. Mitos.

El asma se cura.
No es cierto. Es una enfermedad crónica que se puede controlar pero no curar. Aunque muchas personas asmáticas en la infancia ven que los síntomas remiten casi totalmente al llegar a la edad adulta, también es un hecho que los síntomas pueden volver a presentarse más adelante...

El asma es hereditario.
Pues tampoco, lo que ocurre es que existe una predisposición genética. Las personas con antecedentes familiares de asma o de alergias tienen mayor riesgo que la media de desarrollar la enfermedad.


Es algo psicológico, el enfermo cree que se ahoga y que no puede respirar.
Para nada, el asma es una enfermedad física muy condicionada emocionalmente. El estrés hace que se agrave.


"No tengo asma, lo que me pasa es que soy alérgico".
Confundir asma con alergia es frecuente pero aunque van de la mano son cosas diferentes. Hay asma sin alergia aunque la mayoría de asma tiene alergia. De los pacientes asmáticos la mayoría tienen rinitis pero no al revés


Si tienes asma no puedes hacer deporte.
Falso, en realidad el ejercicio está indicado en pacientes alérgicos pero hay que adaptarlo a esta patología. El paciente debe aprender a controlar su enfermedad siguiendo el "plan de acción" creado por el especialista que le trata. Con ese tratamiento personalizado y conociendo bien los factores individuales que desencadenan sus crisis, cualquier persona con asma puede controlar sus síntomas y practicar su deporte favorito.

A los asmáticos no les conviene viajar.
Sí que se puede viajar pero llevando siempre la medicación prescrita por el médico y valorando tanto la zona como las condiciones climáticas. Ir a zonas rurales o cerca del mar sería lo ideal.

Rechazar el diagnóstico porque "yo nunca he tenido asma ni alergias".
No ser alérgico de niño no nos exime de padecer alergias de adulto. El asma no desaparece con la edad y puede aparecer en cualquier momento de la vida.

Cuanto más limpia esté la casa mejor.
La hipótesis higiénica es una de las más controvertidas. Mientras que unos apuestan por la limpieza extrema otros aseguran que el aislamiento de las viviendas favorece la aparición de ácaros. En lo que sí hay que disminuir la humedad en casa, ¡tiende la ropa fuera! o en una habitación aislada.

"Me ha contagiado mi hermano".

Al contrario, tener hermanos mayores puede reducir el riesgo de sufrir asma. Además, la enfermedad se genera por una respuesta errónea de las defensas a sustancias o situaciones que no deberían provocar la reacción inflamatoria que provocan, y por tanto no es contagiosa.

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