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martes, 12 de mayo de 2015

LACTANCIA MATERNA, los beneficios en el/la niño/a

Hola a tod@s, en esta ocasión tuve el privilegio y el honor de tener conmigo en este programa al Dr Dino PietroPaolo, él es Pediatra e Inmunólogo, por lo que tuvimos un programa extraordinario.


‘Un imperativo clínico’

La gran mayoría de las madres pueden y deben amamantar, así como la gran mayoría de los lactantes pueden y deben ser amamantados. Solo bajo circunstancias excepcionales puede considerarse la leche materna inadecuada para el lactante.

A pesar de ser un acto natural, la lactancia materna también es un comportamiento aprendido. Las tasas de inicio de lactancia en el hospital demuestran que la mayoría de las madres quieren amamantar y tratan de hacerlo. Sin embargo, e incluso desde el inicio, las madres no pueden conseguir el apoyo a la lactancia que necesitan. Las bajas tasas de lactancia materna a los 3, 6 y 12 meses muestran que las mujeres se enfrentan a múltiples barreras adicionales para mantener una lactancia materna exitosa. 

La lactancia materna es ampliamente reconocida como el mejor alimento para los bebés, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que todos los niños tengan lactancia materna exclusiva durante al menos seis meses después del nacimiento e idealmente hasta los dos años de edad. Los alimentos complementarios ofrecidos antes de los seis meses de edad tienden a desplazar a la leche materna y no dan ninguna ventaja nutricional para la salud. La lactancia materna mejora la salud del niño, la salud de la madre, y fortalece el vínculo madre-hijo. 


 Asimismo la lactancia materna contribuye al vínculo entre madre e hijo, generando con ello un mejor desarrollo psicosocial. Además, las madres que amamantan exclusivamente tienen menos probabilidades de quedar embarazadas en los primeros seis meses posteriores al parto, se recuperan más rápido después de dar a luz, y vuelven más pronto a su peso anterior al embarazo. Las pruebas empíricas indican que estas madres sufren menos casos de depresión postparto y corren también un menor riesgo de padecer cáncer de ovario y de mama más adelante en la vida. 

Los bebés con lactancia materna tienen menores tasas de enfermedades gastrointestinales y respiratorias, de otitis media y alergias, mejor agudeza visual y mayor desarrollo cognitivo y del lenguaje. 

 La lactancia materna también apoya la capacidad del niño para aprender, y ayuda a prevenir la obesidad y las enfermedades crónicas en el futuro. Estudios recientes realizados en los Estados Unidos y en el Reino Unido destacan los grandes ahorros en la atención de la salud que se derivan de la lactancia materna, debido a que los niños amamantados se enferman con menor frecuencia que los niños que no son amamantados 

El desarrollo de la glándula mamaria (mamogénesis), el proceso mediante el cual la glándula mamaria genera la capacidad de secretar leche (lactogénesis), el proceso de producción de leche (lactancia) y las propiedades específicas de la leche humana es lo que la hacen única y apropiada para los bebés humanos. Las propiedades de la leche humana facilitan la transición desde la vida intrauterina a la vida ex útero. Esta dinámica de fluidos proporciona una gran variedad de sustancias bioactivas para el crecimiento del bebé durante los períodos críticos del desarrollo del cerebro y de los sistemas inmune e intestinal.


 A pesar de que los beneficios de la lactancia materna están bien documentados en todo el mundo, sólo el 39% de los niños menores de seis meses recibieron leche materna exclusiva en 2012. Esta cifra mundial ha mejorado muy poco desde hace varias décadas, debido en parte a que la tasa de lactancia materna es baja en los países con mayor población y a la falta en general de un entorno que propicie que las madres amamanten. 




 “No hay ninguna otra intervención de salud que tenga mayores repercusiones para los bebés y las madres que la lactancia materna, y que cueste menos a los gobiernos”, dijo la Directora Ejecutiva Adjunta de UNICEF, Geeta Rao Gupta. “La lactancia materna exclusiva es la ‘primera inmunización’ de un bebé, y la forma más eficaz y barata de salvar vidas”. 



Los niños que reciben lactancia materna exclusiva tienen 14 veces más probabilidades de sobrevivir durante los primeros seis meses de vida que los niños que no son amamantados. Iniciar la lactancia materna el primer día después del nacimiento puede reducir el riesgo de muerte del recién nacido hasta en un 45%. UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideran a la lactancia entre las intervenciones clave para mejorar la supervivencia infantil y recomiendan la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida de los niños y las niñas, la introducción de alimentación complementaria posterior a los seis meses y la continuación de la lactancia materna hasta los dos años o más. 


En México la lactancia materna ha disminuido en las últimas décadas debido a múltiples factores, entre ellos, la urbanización, la comercialización de sucedáneos de la leche materna y el aumento de las actividades de las mujeres dentro de la fuerza productiva del país. 

La última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2012) registra que las prácticas de lactancia en México están muy por debajo de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Poco más de un tercio de los niños son puestos al seno materno en la primera hora de vida y se observa un porcentaje sumamente bajo de niños de seis meses que reciben lactancia materna exclusiva (14.4%). 

La mitad de los niños menores de dos años en México usan biberón, cuando la recomendación es que no sea usado en su alimentación, y solo la tercera y séptima parte de los niños reciben lactancia materna al año y a los dos años, respectivamente. Sólo tres entidades federativas del país (Jalisco, Oaxaca y Guerrero) alcanzaron 90% de bebés con lactancia al menos hasta los 4 meses, mientras que en seis estados más de 10% de los bebés nunca recibió lactancia materna. 


La lactancia en México ha tenido cambios drásticos y desfavorables. Entre 2006 y 2012 bajó casi 8 puntos porcentuales al pasar de 22.3 a 14.4% en el promedio nacional, mientras que en el medio rural disminuyó a la mitad (de 36.9 a 18.5%). 

Adicionalmente, la ENSANUT 2012 considera que “el medio en el que se desarrolla y vive la mujer mexicana es hostil a la lactancia”. Entre los factores de hostilidad se señala la deficiente preparación que reciben las mujeres para la lactancia y la separación inmediata del recién nacido durante varias horas, periodo en el cual se le ofrecen otros líquidos, entre ellos, la fórmula láctea. También se señalan carencias en los servicios de salud que imposibilitan que las madres reciban una orientación adecuada para resolver los problemas comunes de la lactancia, por lo que se recurre a la fórmula. 

Por último, las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) establecen disposiciones relativas a la lactancia materna. Por ejemplo, la NOM-043-SSA2-2012 Servicios básicos de salud. Promoción y educación para la salud en materia alimentaria, afirma en el numeral 5.4.2 que se debe promover el inicio de la lactancia materna en la primera media hora de vida continuando a libre demanda hasta el sexto mes en forma exclusiva. A partir de esta edad, además de iniciar la alimentación complementaria continuar la lactancia materna hasta los dos años de edad”. 

Disposiciones similares se encuentran en el PROY-NOM-007-SSA2-2010 Para la atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio, y del recién nacido, en la que se enfatiza la importancia de la lactancia materna exclusiva y no se recomienda recurrir a sucedáneos de la leche u otro tipo de fórmulas lácteas. 

Las tendencias decrecientes en la lactancia materna en México están asociadas a múltiples factores y, por lo mismo, las respuestas que se pongan en marcha para revertirlas deberán ser también multifactoriales y abordar las causas de todo tipo que desincentivan u obstaculizan esta práctica bajo una perspectiva integral, habida cuenta de su impacto decisivo en la salud de los niños y de sus madres. 

Aunque la lactancia materna es natural y puede parecer instintiva, es esencial establecer un entorno propicio para que se convierta en la norma de alimentación de los bebés. Las madres necesitan la ayuda de profesionales de la salud calificados y de trabajadores de la comunidad que les apoyen para practicar la lactancia, así como de información que tenga en cuenta las condiciones culturales, además de leyes y políticas favorables, especialmente en torno a la comercialización de sucedáneos de leche materna y los derechos laborales asociados con la maternidad, tales como la duración de las licencias, los períodos de lactancia previstos para las madres que trabajan y las facilidades de todo tipo que estén a su disposición para favorecer esta práctica. 

UNICEF promueve la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses y la lactancia materna continuada durante dos años o más, empleando tácticas creativas para llamar la atención 
sobre el tema. 






Composición de la leche materna
La leche humana no es un fluido corporal uniforme, es una secreción de la glándula mamaria de composición cambiante. El calostro o primera leche es muy diferente de la leche de transición y de la leche madura. La leche cambia con la hora del día y durante el curso de la lactancia. 








Tal vez, lo más importante es darse cuenta de que la leche humana no es simplemente un alimento, se trata de un sistema humano complejo, sofisticado y altamente integrado de apoyo infantil que proporciona al
niño: protección contra las infecciones (es la más reconocida y con los resultados científicos mejor documentados), información (a través de sustancias volátiles y sabores presentes en la leche) y una nutrición ideal.

La importancia de lactar al bebé en la primera hora postnatal

El recién nacido sano tiene un patrón secuencial innato de comportamiento durante las primeras horas después del nacimiento, si el bebé se pone en contacto piel a piel con el pecho de la madre. Poco a poco, los reflejos llegan a la vida; el bebé adquiere sucesivamente la succión y los reflejos primitivos, empuña la mano, una media hora después del nacimiento lleva la mano a su boca y, luego de una hora postparto, encuentra el seno materno y comienza a succionar. Esta oportunidad de vínculo temprano ha demostrado que lo ayuda en la transición metabólica y termodinámica que le ocurre.
La secuencia del comportamiento alimentario normal del bebé empieza inmediatamente después del nacimiento y termina cuando agarra el pezón, succiona y luego se queda dormido.


Aparte de provocar un comportamiento secuencial del bebé, el contacto “piel a piel” es la mejor manera natural de mantenerlo caliente después del nacimiento.
Con el contacto piel a piel con la madre, los comportamientos y actividades del bebé desde el nacimiento hasta la primera succión o el primer período de sueño siguen nueve fases:
1. Llanto inmediato, cuando se pone en contacto con la piel.
2. Un corto período de relajación, sin movimientos
corporales.
3. Se despierta.
4. Incremento progresivo de la actividad, tales como mirar la areola/pezón, emitiendo sonidos
específicos y haciendo movimientos mano-pecho- boca.
5. Rotación, movimientos para encontrar la areola.
6. Descanso.
7. Familiarización, cuando alcanza la areola, empieza a lamer y a tocarla con los labios, y, luego
de 15 minutos e incluso hasta 45, comienza a succionar.
8. Succión.
9. Sueño, que resulta en una pronta y óptima autorregulación.

Componentes de protección,para el bebé y la madre 

¿Cómo puede un agente único (la leche materna) proteger contra diferentes tipos de infecciones causadas por varias clases de patógenos en diversos sitios, mediados a través de múltiples y distintas fisiopatologías? La respuesta viene de brindar protección directa e indirecta por medio de los múltiples componentes de la leche y de actividades que incluyen inmunoglobulinas, diferentes glicoproteínas, tales como mucinas y lactadherina, oligosacáridos, proteínas de unión y de actividades enzimáticas, antioxidantes, receptores solubles de citoquinas/ antagonistas de citoquina, ácidos grasos libres, pH fecal ácido y una flora fecal característica.

Los efectos directos en la unión de los patógenos potenciales/toxinas y la prevención de su adherencia al tejido objetivo del huésped, evitando la enfermedad, están mediados por la inmunoglobulina A secretora (IgAs), por los oligosacáridos e, incluso, por las membranas de los glóbulos de grasa de la leche. Las fórmulas lácteas han tenido cambios sustanciales para parecerse a la leche materna, pero lo enunciado en los dos párrafos anteriores deja en claro que aún estamos lejos de imitar por completo el alimento ideal para el bebé, como lo es la leche humana.
La flora fermentativa productora de ácido probablemente controla el número de los potenciales patógenos entéricos de la flora de los adultos en el lactante. En el tubo digestivo del lactante, existen bacterias benéficas, metabólicamente optimizadas para utilizar los carbohidratos de la leche materna como fuente de energía.

Terminología de la lactancia materna
 En 1988, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (Unicef) propusieron una terminología estándar para la recopilación y descripción de los datos del comportamiento de la lactancia materna, actualizada por la OMS, la cual ahora se utiliza ampliamente. 

Lactancia materna exclusiva: se define como el bebé que se alimenta con solo leche materna, con la posible excepción en determinadas poblaciones de la vitamina D y del hierro en lactantes de peso relativamente bajo.
Lactancia materna predominante: cuando el bebé recibe leche materna como fuente principal de alimento. Permite que el lactante reciba líquidos (agua y bebidas a base de agua, jugos de frutas, soluciones orales de rehidratación) y gotas o jarabes (vitaminas, minerales, medicinas), pero no que reciba todo lo demás (en particular, leche no materna y líquidos basados en alimentos).
Lactancia materna complementaria: cuando el bebé recibe la leche materna y alimentos sólidos o semisólidos, y permite que el lactante reciba alimentos o líquidos, incluyendo leche
no humana.
Lactancia materna: cuando el niño recibe leche materna en cualquier cantidad y le permite recibir otros alimentos o líquidos, incluyendo leche no humana.



Las razones más frecuentes planteadas por las mujeres para suspender la lactancia materna han sido ampliamente documentadas y tienden a relacionarse con aspectos básicos de salud evitables, como:

1. El dolor en los pezones.
2. La preocupación por la suficiencia del suministro
de leche.
3. La percepción de que el bebé no se sacia.
4. La percepción del daño que la lactancia puede
ocasionar en el seno.

Se ha descubierto que el dolor en el pezón es uno de los retos tempranos más comunes de la lactancia materna y, para la mayoría de las mujeres, es una molestia transitoria que mejora con relativa rapidez. No obstante, las quejas de dolor en el pezón deben llevar a una evaluación del agarre del bebé al seno y tal vez del reposicionamiento. A menudo, una solución simple es el cambio de posición, que ayuda a extender en lugar de flexionar el cuello del bebé o a ejercer una presión suave en el mentón del niño para fomentar una prensión labial más amplia.

Un examen en profundidad de la cavidad oral del recién nacido puede identificar anquiloglosia o frenillo corto, que puede afectar el movimiento y la función de la lengua, llegando a causar abrasión del pezón. Para el dolor de pezón o la formación de grietas, han demostrado ser igualmente eficaces la aplicación de leche materna extraída, compresas de agua caliente, crema de lanolina o compresas con bolsas de té.

La principal razón para que no se entreguen muestras de fórmula láctea a las mamás es una introducción precoz de fórmula que puede interferir con la producción de leche materna, debido a ser esta última “un sistema de oferta y demanda”. Si se añade leche en forma de fórmula, el volumen de leche materna que el bebé requiere es menor, lo que conduce a una disminución de la producción.

Les dejo esta maravilla Española que encontré para las mamás que les encantan los gadgets y las apps, solo búsquenla en su tienda virtual y listo. 


BIBLIOGRAFÍA: 
UNICEF.org
"Leche Materna y Lactancia, siempre actual", revisión. Silva G.E., Pediatria, medicina interna pediátrica. CCAP, Vol11 No. 3, pp 5-20, Colombia, 2012.
Fotos: Google 


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