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jueves, 30 de abril de 2015

Obesidad Infantil


Hola a todos los niños interiores, por estar tan cerca la fecha del día del niño, creo que es importante la prevención de enfermedades y problemas de autoestima, por lo que este tema es de vital importancia para los papás. 

Aumento del sobrepeso y la obesidad infantiles
La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. El problema es mundial y está afectando progresivamente a muchos países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano. La prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante. Se calcula que en 2010 hay 42 millones de niños con sobrepeso en todo el mundo, de los que cerca de 35 millones viven en países en desarrollo.

Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas son en gran medida prevenibles. Por consiguiente hay que dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil.

¿Qué son el sobrepeso y la obesidad?

El sobrepeso y la obesidad se definen como «una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud».





Medición del sobrepeso y la obesidad

Resulta difícil encontrar una forma simple de medir el sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes porque su organismo sufre una serie de cambios fisiológicos a medida que van creciendo. Dependiendo de la edad, existen varios métodos para determinar qué es un peso corporal saludable:








Entre los 0 y los 5 años

Los Patrones de crecimiento infantil de la OMS, presentados en abril de 2006, incluyen mediciones del sobrepeso y la obesidad en lactantes y niños de hasta 5 años.


Entre los 5 y los 19 años

La OMS ha elaborado Datos de referencia sobre el crecimiento entre los 5 y los 19 años. Se trata de una reconstrucción de la referencia de 1977 del Centro Nacional de Estadísticas Sanitarias (NCHS)/OMS y utiliza los datos originales del NCHS, complementados con datos de la muestra de menores de 5 años utilizada para elaborar los patrones de crecimiento infantil de la OMS.


En adultos

El parámetro más utilizado para medir el sobrepeso y la obesidad es el índice de masa corporal (IMC), cuya determinación es sencilla y permite identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos, tanto a nivel individual como poblacional. El IMC se define como el peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros (kg/m2). El IMC es el mismo para ambos sexos y todas las edades (en adultos). Sin embargo, debe considerarse como una orientación no muy precisa, porque puede no corresponderse con el mismo porcentaje de grasa corporal en diferentes individuos. El IMC todavía no es utilizable en los niños.


¿Por qué son importantes el sobrepeso y la obesidad infantiles?

Consecuencias de los modos de vida poco saludables durante la infancia

La obesidad infantil se asocia a una mayor probabilidad de muerte y discapacidad prematuras en la edad adulta. Los niños con sobrepeso u obesos tienen mayores probabilidades de seguir siendo obesos en la edad adulta y de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares.
El riesgo de la mayoría de las enfermedades no transmisibles resultantes de la obesidad depende en parte de la edad de inicio y de la duración de la obesidad. La obesidad en la infancia y la adolescencia tienen consecuencias para la salud tanto a corto como a largo plazo. Las consecuencias más importantes del sobrepeso y la obesidad infantiles, que a menudo no se manifiestan hasta la edad adulta, son:
  • ·        las enfermedades cardiovasculares (principalmente las cardiopatías y los accidentes vasculares cerebrales);
  •            la diabetes;
  •            los trastornos del aparato locomotor, en particular la artrosis, y
  • ·       ciertos tipos de cáncer (de endometrio, mama y colon).

Los datos de 2005 muestran las consecuencias a largo plazo de un estilo de vida no saludable. Cada año mueren a consecuencia del sobrepeso y la obesidad por lo menos 2,6 millones de personas.


La doble carga: un riesgo grave

Muchos países de bajos y medianos ingresos se enfrentan en la actualidad a una "doble carga" de morbilidad: siguen debatiéndose con el problema de las enfermedades infecciosas y la subnutrición, y al mismo tiempo están sufriendo un rápido aumento de los factores de riesgo de enfermedades no transmisibles como la obesidad y el sobrepeso, especialmente en el medio urbano. No es raro que en un mismo país, comunidad u hogar coexistan lado a lado la subnutrición y la obesidad.
Esta doble carga es causada por una nutrición inadecuada durante el periodo prenatal, la lactancia y la infancia, seguida de una exposición a alimentos ricos en grasas y calorías y pobres en micronutrientes, así como de una falta de actividad física a medida que el niño va creciendo.



¿Cuáles son las causas?







Causas por las que los niños y adolescentes se vuelven obesos

La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad infantiles es el desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto calórico. El aumento mundial del sobrepeso y la obesidad infantiles es atribuible a varios factores, tales como:
·       El cambio dietético mundial hacia un aumento de la ingesta de alimentos hipercalóricos con abundantes grasas y azúcares, pero con escasas vitaminas, minerales y otros micronutrientes saludables.
·       La tendencia a la disminución de la actividad física debido al aumento de la naturaleza sedentaria de muchas actividades recreativas, el cambio de los modos de transporte y la creciente urbanización.

Causas sociales de la epidemia de obesidad infantil

La OMS reconoce que la prevalencia creciente de la obesidad infantil se debe a cambios sociales. La obesidad infantil se asocia fundamentalmente a la dieta malsana y a la escasa actividad física, pero no está relacionada únicamente con el comportamiento del niño, sino también, cada vez más con el desarrollo social y económico y las políticas en materia de agricultura, transportes, planificación urbana, medio ambiente, educación y procesamiento, distribución y comercialización de los alimentos.
El problema es social y por consiguiente requiere un enfoque poblacional, multisectorial, multidisciplinar y adaptado a las circunstancias culturales.
Al contrario de la mayoría de los adultos, los niños y adolescentes no pueden elegir el entorno en el que viven ni los alimentos que consumen. Asimismo, tienen una capacidad limitada para comprender las consecuencias a largo plazo de su comportamiento. Por consiguiente necesitan una atención especial en la lucha contra la epidemia de obesidad.


¿Qué se puede hacer para luchar contra la epidemia de obesidad infantil?

El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades no transmisibles conexas son en gran medida prevenibles. Se acepta que la prevención es la opción más viable para poner freno a la epidemia de obesidad infantil, dado que las prácticas terapéuticas actuales se destinan en gran medida a controlar el problema, más que a la curación. El objetivo de la lucha contra la epidemia de obesidad infantil consiste en lograr un equilibrio calórico que se mantenga a lo largo de toda la vida.


Recomendaciones generales

 
·       aumentar el consumo de frutas y hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos;
·       reducir la ingesta total de grasas y sustituir las saturadas por las insaturadas;
·       reducir la ingesta de azúcares, y
·       mantener la actividad física: un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física de intensidad moderada o vigorosa que sea adecuada para la fase de desarrollo y conste de actividades diversas. Para controlar el peso puede ser necesaria una mayor actividad física.



Recomendaciones para la sociedad

Para frenar la epidemia de obesidad infantil es necesario un compromiso político sostenido y la colaboración de muchas partes interesadas, tanto públicas como privadas. Los gobiernos, los asociados internacionales, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado tienen un papel fundamental en la creación de entornos saludables y de condiciones de asequibilidad y accesibilidad de opciones dietéticas más saludables para los niños y los adolescentes. Por consiguiente, el objetivo de la OMS consiste en movilizar estos asociados e involucrarlos en la aplicación de la Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud.
La OMS apoya la definición, aplicación y seguimiento de medidas, así como el liderazgo en su aplicación. Para avanzar es necesario un enfoque multisectorial que movilice las energías, recursos y conocimientos técnicos de todas las partes interesadas a escala mundial.



Lecciones para prevenir la obesidad infantil

  • Trabajo colaborativo entre comunidad, escuela y autoridades: clave para reducir la obesidad infantil en México
La promoción de una alimentación saludable y actividad física en niños y niñas de 6 a 10 años dentro de las escuelas, podría contribuir a la prevención del sobrepeso y obesidad, así lo demostró un estudio desarrollado en Tlaltizapán, Morelos, por los institutos nacionales de Salud Pública (INSP) y de Pediatría (INP), en colaboración con el Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos de Chile (INTA).
El estudio se centró en promover hábitos de alimentación saludable y actividad física tanto en las escuelas como en el entorno comunitario, logrando una amplia participación de las familias y una estrecha colaboración de las autoridades municipales, educativas y de salud de la comunidad.
Padres de familia, alumnos, profesores, directivos y vendedores de alimentos en las escuelas participaron en talleres y actividades prácticas de capacitación, concientización y promoción, con el objetivo de aumentar la actividad física, la disponibilidad y consumo de verduras, frutas, alimentos saludables y agua, así como reducir la disponibilidad y consumo de alimentos y bebidas cuya venta está restringida por los lineamientos escolares establecidos en 2011 por las Secretarías de Educación y de Salud.
Las actividades de promoción contaron con amplia participación de madres de familia, quienes realizaron concursos sobre recetas saludables, lograron la impresión de un recetario de los platillos locales más saludables, la difusión de estas acciones en programas de radio y desarrollaron múltiples actividades lúdicas con la participación de los menores. Estas acciones tuvieron un gran impacto en el empoderamiento de los Consejos Escolares de Participación Social, conformados principalmente por madres y padres de familia comprometidos con la salud de sus hijos, beneficiando a las más de 760 familias de las escuelas de nivel primaria de la localidad.
Los resultados obtenidos por el estudio fueron muy alentadores y se reflejaron en un incremento significativo de la condición física de los niños en velocidad y resistencia, gracias a la mejora en la calidad de las clases de educación física, la práctica cotidiana de activación física y la implementación de recreos activos.

Entre los resultados sobre actividad física se encuentran:
  • Las clases de educación física aumentaron alrededor de 15 minutos de duración.
  • La actividad física moderada y vigorosa en dichas clases aumentó 16 minutos en promedio.
  • En escuelas de tiempo completo se logró incrementar en 2 660 el número de pasos de los niños durante la jornada escolar, y en 531 pasos en las escuelas de horario regular.




Respecto a la promoción de la alimentación saludable, algunos de los logros fueron:
  • Una disminución importante en el consumo, durante el periodo escolar de alimentos y bebidas restringidas por los lineamientos escolares.
  • Se redujo en 86% el consumo de botanas dulces compradas en la escuela durante el recreo, como galletas, pastelillos, dulces, chocolates, etc.
  • Disminuyó en 72% el consumo de alimentos fritos comprados en la escuela.
El estudio se diseñó tomando en cuenta la experiencia del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos de Chile (INTA), institución que ha aplicado programas de promoción de alimentación saludable y actividad física en escuelas de Chile, con excelentes resultados y reconocimiento internacional. Considerando estos logros, el estudio se llevó a cabo del 2011 al 2013 bajo el liderazgo del Dr. Juan Ángel Rivera Dommarco, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del INSP y del Mtro. Héctor Ávila Rosas, jefe del Departamento de Investigación en Epidemiología del INP; y con la participación de un equipo de enfermeras, profesores de educación física, nutriólogas, psicólogos y médicos coordinados por la Mtra. Jessica Moreno Saracho, investigadora del INSP.
La investigación realizada en Tlaltizapán mostró la complejidad del problema que representa la obesidad y sus resultados aportan evidencia útil para la promoción de la alimentación saludable y la actividad física en escolares, y brindan bases para proponer estrategias para reducir la prevalencia de obesidad infantil con el trabajo colaborativo entre la comunidad, la escuela y las autoridades.
“Estamos contentos con los resultados que se lograron gracias a la participación de las madres de familia, maestros, directores y equipos de los institutos de salud que participamos. Esta experiencia nos enseñó muchas lecciones que pueden ser de utilidad para mejorar la implementación de las regulaciones de alimentos y la promoción de actividad física en las escuelas, para mejorar la nutrición de los niños.” puntualizó el Dr. Juan Rivera Dommarco durante la presentación de los resultados del estudio.

THE LANCET PUBLICA SERIE SOBRE LA OBESIDAD EN EL MUNDO

  • El fracaso mundial al intentar abatir la epidemia de obesidad demanda una nueva forma de pensar el problema, aseguran los expertos
Cuernavaca, Mor. (Febrero 18, 2015) El progreso en la lucha contra la obesidad a nivel mundial es “inaceptablemente lento”, de acuerdo con lo expuesto en los seis artículos que conforman la nueva Serie sobre obesidad publicada en la revista The Lancet este día.
De acuerdo con la Serie, hacia el 2010 tan solo uno de cada cuatro países había implementado políticas públicas para promover una alimentación saludable. En todo el mundo las tasas de obesidad infantil se incrementaron dramáticamente en menos de una generación, y si bien en algunos países estas tasas han comenzado a estabilizarse, ninguna nación cuenta con datos sobre una disminución de las tasas de obesidad entre su población.

Por otro lado, la industria alimentaria tiene un interés especial en la población infantil, ya que una exposición repetida a bebidas endulzadas y alimentos altamente procesados durante esta etapa crea preferencias de sabor, lealtad a la marca, y otros “beneficios” para la industria. No obstante, pocos países han desarrollado políticas o implementado las recomendaciones internacionales para proteger a los niños de los daños a la salud causados por la obesidad.


Las estimaciones presentadas en la serie de The Lancet sugieren que el consumo de calorías ha aumentado considerablemente en niños, en parte asociado al interés que la industria de los alimentos tiene en ellos. En Estados Unidos, por ejemplo, los niños consumen en promedio 200 kcal más al día de lo que hacían en la década de los 70, lo que representa un negocio de 20 mil millones de dólares para la industria alimentaria.




Por otra parte, los colaboradores de la Serie apuntan a la importancia de reformular la posición que se tiene frente a la epidemia de obesidad para lograr detenerla y revertirla, ya que en términos generales, el avance ha sido poco. En este sentido, deben reconocerse las responsabilidades sobre la salud tanto del individuo como de los ambientes alimentarios, influenciados éstos por determinantes biológicos, psicológicos, sociales y económicos. Asimismo, señalan la necesidad de romper el “círculo vicioso” de la oferta y la demanda de alimentos poco saludables a través de la implementación de políticas gubernamentales “inteligentes”, en un esfuerzo conjunto con la industria y la sociedad. Dichas políticas deberán propiciar un ambiente saludable; una mejor disponibilidad, precio y estándares nutricionales; una regulación más estricta de la publicidad que influya en la elección de alimentos y bebidas y otras medidas como impuestos sobre productos no saludables, etc.

Sin embargo, la responsabilidad de reducir la prevalencia de la obesidad va mucho más allá de los gobiernos, dicen los autores de la serie, y hacen un llamado a los profesionales de la salud pública y a la sociedad: recomiendan la acción civil como clave para apoyar las políticas contra la obesidad e insisten en que debe mejorarse la capacitación de los profesionales de la salud, particularmente frente a los prejuicios acerca de los pacientes con obesidad.

La Serie sobre Obesidad puede consultarse en el sitio web de la revista The Lancet, en el siguiente enlace:www.thelancet.com/series/obesity-2015

Por su parte, el Dr. Juan Rivera Dommarco, director adjunto del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, participó como coautor del artículo “Mobilisation of public support for policy actions to prevent obesity”, en el que los expertos muestran la importancia y el papel que tienen diversos actores sociales, incluyendo la sociedad civil, en la demanda de políticas públicas para la prevención de la obesidad.



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