Etapas del Sueño
Usualmente quienes duermen pasan a través de cinco etapas: 1, 2, 3, 4, y sueño REM (movimiento rápido de los ojos). Estas etapas progresan cíclicamente desde 1 hasta REM luego comienzan nuevamente con la etapa 1. Un ciclo de sueño completo toma un promedio de 90 a 110 minutos. Los primeros ciclos de sueño cada noche tienen sueños REM relativamente cortos y largos períodos de sueño profundo pero más tarde en la noche, los períodos de REM se alargan y el tiempo de sueño profundo desciende.
Etapa 1 es el sueño liviano cuando se entra y sale del sueño y se puede despertar fácilmente. En esta etapa, los ojos se mueven lentamente y la actividad muscular se enlentece. Durante esta etapa, muchas personas experimentan contracciones musculares repentinas precedidas de una sensación de estar cayendo.
En la etapa 2, el movimiento de ojos se detiene y las ondas cerebrales se vuelven más lentas con sólo un estallido ocasional de ondas cerebrales rápidas. Cuando una persona entra en la etapa 3, ondas cerebrales extremadamente lentas llamadas ondas delta se intercalan con ondas más pequeñas, más rápidas. En la etapa 4, el cerebro produce ondas delta casi exclusivamente. Las etapas 3 y 4 son referidas como sueño profundo, y es muy difícil despertar a alguien de ellas. En el sueño profundo, no hay movimiento ocular o actividad muscular. Es cuando algunos niños experimentan mojar la cama, caminar dormidos o terrores nocturnos.
En el período REM, la respiración se hace más rápida, irregular y superficial, los ojos se agitan rápidamente y los músculos de los miembros se paralizan temporalmente. Las ondas cerebrales durante esta etapa aumentan a niveles experimentados cuando una persona está despierta. También, el ritmo cardíaco aumenta, la presión arterial sube, los hombres experimentan erecciones y el cuerpo pierde algo de la habilidad para regular su temperatura. Es el tiempo en que ocurren la mayoría de los sueños, y, si es despertada durante el sueño REM, una persona puede recordar los sueños. La mayoría de las personas experimentan de tres a cinco intervalos de sueño REM cada noche.
Los niños pequeños pasan casi el 50% de su tiempo en sueño REM. Los adultos pasan cerca de la mitad del tiempo que duermen en la etapa 2, cerca del 20% en REM, y el otro 30% se divide entre las otras tres etapas. Los adultos más viejos pasan progresivamente menos tiempo en el sueño REM.
La forma de la onda durante el REM tiene bajas amplitudes y altas frecuencias, tal como el estado de vigilia. Los primeros investigadores en realidad lo llamaron "sueño paradojal".
De acuerdo a los resultados de un estudio completado por Statistics Canada, la cantidad de sueño que una persona tiene cada noche depende de una variedad de factores, incluyendo género, estatus marital y laboral.
Para combatir la falta de sueño, además de contar ovejas, es posible acudir a la ciencia. Ahora más que nunca gracias a un equipo de científicos europeos que ha puesto en marcha «laboratorios del sueño» con el fin de estudiar los factores biomédicos y sociológicos que impiden dormir por la noche.
Estos laboratorios se crearon en el marco del proyecto SLEEP RESTRICTION («The Biomedical and Sociological Effects of Sleep Restriction»), dedicado a investigar la influencia del estilo de vida contemporáneo, a menudo frenético, sobre la calidad del sueño. Sus responsables contaron con fondos europeos para estudiar el estado físico y mental de aquellos con dificultades para dormir y sus circunstancias sociológicas. De esta forma se proponen descubrir cómo afecta todo ello a la salud y el comportamiento humanos.
El proyecto, dirigido por la Dra. Tarja Porkka Heiskanen de la Universidad de Helsinki se sirvió de experimentos de restricción del sueño bajo condiciones controladas en los laboratorios mencionados. En uno de los estudios se restringió el patrón de sueño de hombres jóvenes y sanos a cuatro horas cada noche durante cinco días para a continuación contar con dos noches de sueño normal. Los resultados permitieron concluir que la restricción del sueño provoca cambios en el metabolismo energético, el sistema inmunitario y el sistema nervioso autónomo humano. También puso de manifiesto que la reducción del sueño podría provocar inflamación y estrés oxidativo y en consecuencia iniciar mecanismos involucrados en las enfermedades cardiovasculares.
En otro experimento en el que participaron noventa y siete personas se indagó en la influencia de los trastornos del sueño en las funciones metabólica, endocrina e inmunitaria. Los sujetos a estudio presentaban distintos trastornos del sueño como el síndrome de apnea obstructiva del sueño, el síndrome de las piernas inquietas e insomnio primario.
Los científicos al cargo descubrieron que el grado de perturbación se reducía en función de las medidas adoptadas para lograr la continuidad en el sueño. El estudio de los aspectos sociológicos de la falta de sueño mediante análisis cuantitativos reveló una conexión entre la pertenencia a un colectivo social desfavorecido y una incidencia elevada de problemas relacionados con el sueño. Las horas extraordinarias en el trabajo y los desplazamientos de gran duración hasta el mismo se asociaron también a una reducción del tiempo total empleado en dormir.
En el marco del proyecto también se realizaron entrevistas en Italia que revelaron hábitos de sueño deficientes entre aquellas mujeres que se ocupan del cuidado de los niños pequeños e hijos adultos que viven en casa. Los niveles más altos de trastornos del sueño se encontraron concretamente entre las mujeres que cuidan a ancianos o a familiares delicados.
Una encuesta realizada entre mujeres británicas de mediana edad reveló también que las mujeres con un nivel socioeconómico más bajo, y en particular las mujeres con nivel educativo inferior, tienen más probabilidades de sufrir alteraciones del sueño.
No cabe duda de que casi cualquiera que haya pasado una mala noche, se ha sentido al día siguiente fatigado, de mal humor o con dificultades para concentrarse. Esta falta de sueño, sobre todo si se produce de manera asidua, puede tener repercusiones en la salud a largo plazo en forma de afecciones médicas crónicas como la diabetes, la hipertensión y cardiopatías, todas ellas capaces de reducir la esperanza de vida. Estudios adicionales mostraron que dormir más de nueve horas de manera habitual también provoca efectos perniciosos sobre la salud.
El 3 de mayo de 2013 se celebró en Bruselas el evento «Investigación europea básica y clínica sobre el sueño en Horizonte 2020» (European Basic and Clinical Sleep Research Towards Horizon 2020), donde se trataron estas y otras cuestiones. Esta reunión se enmarca en el programa de eventos del «Mes europeo del cerebro», a celebrar en mayo de 2013 por iniciativa de la Dirección General de Investigación e Innovación (Dirección de salud) de la Comisión Europea. Distintos responsables y miembros en activo y anteriores del consejo de administración de la Sociedad Europea de Investigación del Sueño (ESRS) entablarán un debate con funcionarios europeos de distintas comisiones y direcciones generales en torno a las actividades en marcha y los objetivos de las principales redes europeas dedicadas a la ciencia y la medicina del sueño y en torno a su aporte a la ciencia, la salud, la educación y la seguridad vial y laboral. En concreto se tratará sobre la necesidad de poner en marcha una convocatoria específica dedicada al sueño en el próximo programa marco Horizonte 2020.
Fuente: SLEEP RESTRICTION, http://cordis.europa.eu/news/rcn/35694_es.html.
http://www.sleepdex.org/sstages.htm
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