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lunes, 24 de marzo de 2014

Amigdalitis


AMIGDALITIS  CRÓNICA




AMIGDALAS Y ADENOIDES

Las amígdalas y adenoides son masas de tejido que se parecen a los nudos linfáticos o las glándulas del cuello, ingle o de las axilas. Las amígdalas son las dos masas de la parte posterior de la garganta. Los adenoides se encuentran en la parte superior de la garganta detrás de la nariz y el techo de la boca (paladar blando) y no se ven por la boca sin instrumentos especiales.

Las amígdalas y los adenoides están cerca de la entrada de la vía respiratoria donde pueden atrapar los gérmenes que causan las infecciones. Agarran "muestras" de las bacteria y de los virus y pueden infectarse ellos mismos. Los científicos creen que funcionan como parte del sistema inmunológico del cuerpo al filtrar los gérmenes que tratan de invadir el cuerpo y que ayudan a desarrollar los anticuerpos contra los gérmenes.

Esta función se realiza durante los primeros años de la vida, volviéndose menos importante a medida que el niño crece. Los niños operados de las amígdalas y los adenoides no sufren ninguna disminución de la inmunidad.

¿Cuándo Debería Consultar a Mi Médico?
Ud. debe ver a su médico cuando Ud. o su niño sufre los síntomas comunes de las amígdalas o los adenoides infectados o agrandados.

¿Qué Afecta Las Amígdalas Y Los Adenoides?
Los problemas más comunes que afectan las amígdalas y los adenoides son las infecciones repetidas de la garganta o del oído y la hipertrofia u obstrucción significativa que causa problemas de la respiración o la deglución.
Asimismo, los abscesos alrededor de las amígdalas, la amigdalitis crónica y las infecciones de las cavidades dentro de las amígdalas que producen materia cremosa y maloliente pueden afectar las amígdalas y los adenoides, dejándolos adoloridos e hinchados. Aunque poco frecuentes, puede haber tumores en las amígdalas.

Las amígdalas y las adenoides son parte del sistema linfático. 
Ayudan a protegerlo contra las infecciones al atrapar los gérmenes que pasan a través de la boca y la nariz. Algunas veces, las amígdalas y las adenoides se infectan. La amigdalitis provoca dolor e inflamación en las amígdalas. Las adenoides inflamadas pueden ser dolorosas, dificultar la respiración y causarle problemas en los oídos.
El primer tratamiento para la infección de las amígdalas y las adenoides son los antibióticos.
 Si las infecciones son frecuentes o tiene dificultades para respirar, es posible que necesite una cirugía. La cirugía para extirpar las amígdalas se denomina tonsilectomía. La cirugía para extraer las adenoides es una adenoidectomía.

Éstos son otros de los síntomas de la amigdalitis:
  • Dolor de garganta
  • Dolor y molestias al tragar
  • Fiebre
  • Ganglios linfáticos del cuello inflamados
  • Problemas para respirar
  • Ronquido
  • Amigdalitis o inflamaciones de garganta persistentes o recurrentes
  • Amígdalas inflamadas que dificultan la respiración
  • Dificultad para comer carne o alimentos que requieren masticarlos
  • Ronquidos que podrían afectar sus actividades cotidianas
  • Apnea obstructiva del sueño (un trastorno por el cual su hijo quizá deje de respirar durante varios segundos seguidos mientras duerme porque las amígdalas engrosadas le están obstruyendo parcialmente las vías respiratorias)


Si se agrandan las adenoides, la respiración puede ser difícil. Otras señales del agrandamiento son:

  • Respiración por la boca en vez de la nariz la mayor parte del tiempo
  • Nariz tapada cuando la persona habla
  • Respiración ruidosa durante el día
  • Infecciones repetidas del oído
  • Ronquidos de noche
  • Paros de la respiración por unos segundos de noche durante ronquidos o respiración ruidosa (apnea)






Complicaciones de la amigdalitis crónica

Una amigdalitis puede provocar complicaciones. En una amigdalitis aguda, las amígdalas pueden aumentar de tamaño y provocar asfixia. Esta situación, sin embargo, no es muy frecuente. Hay que tener especial precaución con los niños porque durante la infancia las amígdalas están dilatadas de por sí (hiperplasia tonsilar) y esto puede dificultar la respiración.

En caso de amigdalitis crónica también pueden darse complicaciones por agentes patógenos. Esto se debe a la presencia permanente de bacterias por la infección crónica. Por esta razón, las amígdalas inflamadas pueden ser el origen de enfermedades secundarias. Así, una amigdalitis causada por estreptococos puede causar fiebre

reumáticanefritisinflamaciones cardíacas, inflamaciones de las articulaciones (reumatismo articular) o dermatosis progresiva. En estos casos pueden producirse daños permanentes en los órganos afectados como, por ejemplo, un defecto valvular).

Tanto en una amigdalitis aguda como en una amigdalitis crónica pueden producirse abscesos como posible complicación. En este caso, el pus se acumula en el tejido próximo. Se habla entonces de absceso peritonsilar. 
Los indicios pueden ser fuertes dolores durante la deglución, incapacidad de deglutir, una apertura de boca dolorosa y difícil (rigidez de la mandíbula o trismo) o una prominencia irregular del paladar blando. Las amígdalas están muy hinchadas y empujan la campanilla hacia un lado. 
El peligro radica en que los gérmenes accedan al torrente sanguíneo y se extiendan por todo el cuerpo (sepsis), lo que puede provocar graves enfermedades en otros órganos. En este caso siempre se administran antibióticos intravenosos. Si se forma un absceso es necesaria una intervención quirúrgica rápida.

GUÍA PARA LA CIRUGIA

¿Qué es una amigdalectomía y una adenoidectomía?
La amigdalectomía es la extirpación de las amígdalas faríngeas. La adenoidectomía es la extirpación de las adenoides. A menudo se hacen conjuntamente una amigdalectomía y una adenoidectomía (adenoamigdalectomía.

¿Qué es lo que puedo esperar después de la cirugía?
Es común tener molestias en el estómago y vomitar durante las primeras 24 horas después de la cirugía.

A su hijo le puede doler la garganta por 2 semanas especialmente al comer. El dolor puede disminuir después de unos días y empeorar nuevamente. La voz de su hijo puede cambiar un poco después de la cirugía.

El dolor de oídos es común, especialmente al tragar, porque el oído y la garganta comparten el mismo nervio sensorial. También pueden ocurrir espasmos en la mandíbula (movimientos incontrolables de la mandíbula que pueden causar dolor.)

Es común el dolor del cuello después de una adenoidectomía y suele durar más o menos una semana.

¿Cómo debo cuidar a mi hijo?
Anímele a tomar muchos líquidos (por lo menos 2 a 3 onzas por hora para mantener la garganta húmeda.) Así el malestar disminuye y se previene la deshidratación (una dolencia peligrosa en la que el cuerpo se seca).

Dele la medicina para el dolor regularmente, dentro de los límites marcados por su médico. 
Administrarla antes de ir a la cama y al despertar por la mañana. Dele la medicina media hora antes de la comida para ayudarle a tragar con más facilidad.

Para prevenir el sangrado, intente no toser, sonar la nariz, carraspear ni escupir. Si es necesario limpiarse la nariz, hágalo con suavidad. Al estornudar, anime a su niño a abrir la boca y soltar el sonido para así prevenir la acumulación de presión.
Evite tener contacto con personas que tengan catarro, gripe u otra infección.

¿Qué es lo que puede comer mi hijo?
El día de la cirugía, dele solamente líquidos fríos y transparentes tales como:

  • Jugo de manzana
  • Gelatina
  • Paletas de hielo
  • Agua


Los líquidos son más importantes que la comida. Asegúrese de que su hijo está bebiendo mucho.
Evite frutas y jugos cítricos como el jugo de naranja y la limonada porque pueden irritar la garganta de su hijo. Evite alimentos calientes o picantes.

¿Qué más necesito saber?
No viaje fuera del alcance de su médico hasta que hayan pasado 2 semanas. La operación tarda en curarse unas 2 semanas. Anime a que su hijo juegue tranquilo en la casa por los primeros 3 a 5 días. 
No debe jugar activamente, practicar ejercicio físico o correr por 2 ó 3 semanas después de la cirugía.
Por lo general, los niños pueden volver a la escuela o guardería después de 7 a 10 días. La costra se cae entre los 7 y 14 días después de la cirugía. Esto puede resultar en un aumento de malestar o de dolor, pero raramente produce hemorragia (sangrado).

¿Cuándo debo llamar al cirujano?
  • La temperatura es más alta de 38.0°C
  • Cualquier clase de hemorragia de color rojo brillante
  • Si vomita sangre roja brillante (no líquido teñido de rosa)
  • Si le sangra la nariz
  • Si tiene dolor que no se alivia con las medicinas
  • Molestias en el estómago o vómito después de 24 horas (de la cirugía)

Síntomas de deshidratación:
  • Ojos hundidos
  • Labios secos, pegajosos
  • No orina en más de 8 horas
  • No tiene lágrimas





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