Asma
El asma
es una enfermedad crónica que se caracteriza por ataques recurrentes de disnea
y sibilancias, que varían en severidad y frecuencia de una persona a otra. Los
síntomas pueden sobrevenir varias veces al día o a la semana, y en algunas
personas se agravan durante la actividad física o por la noche.
¿En
que consiste un ataque de asma?
Durante
un ataque de asma, el revestimiento de los bronquios se inflama, lo que provoca
un estrechamiento de las vías respiratorias y una disminución del flujo de aire
que entra y sale de los pulmones. Los síntomas recurrentes causan con
frecuencia insomnio, fatiga diurna, una disminución de la actividad y absentismo
escolar y laboral.
¿Que
provoca un ataque de asma?
El asma es un trastorno respiratorio crónico que se caracteriza
por ataques recurrentes de disnea y sibilancias. Algunas causas y
desencadenantes son comunes a todas las personas que sufren la enfermedad, pero
hay también diferencias individuales. Aunque las causas últimas del asma no se
conocen del todo, los factores de riesgo más importantes son productos
inhalados, entre los que cabe citar los siguientes:
- Alérgenos en espacios cerrados (por ejemplo los ácaros del polvo presentes en la ropa de cama, las alfombras y los muebles tapizados, la contaminación y la caspa de los animales domésticos);
- Alérgenos en espacios exteriores (como pólenes y mohos);
- Humo de tabaco, y;
- Productos químicos irritantes en el lugar de trabajo.
Otros factores desencadenantes pueden ser el aire frío, una emoción extrema, de enfado o miedo, y el ejercicio
físico.
En algunas personas el asma puede sobrevenir en respuesta a
algunos medicamentos, como la aspirina y otros antiinflamatorios no
esteroideos, o los betabloqueantes (empleados contra la hipertensión, algunos
problemas cardiacos o la migraña). También la urbanización se ha asociado a un
aumento de los casos de asma, pero no está clara la naturaleza exacta de esa
relación.
Según estima la OMS, hay en el mundo unos 235 millones de personas
que sufren asma. Aunque no se puede curar, un tratamiento apropiado permite
controlar la enfermedad y disfrutar de una buena calidad de vida. Además,
algunos niños con formas moderadas de la enfermedad superan sus síntomas con
los años.
Historia
del asma
El asma ya era conocida en
tiempos de los egipcios, donde había más de 600 tratamientos.
El término viene del griego
que significa: ”EXHALAR JADEANDO CON LA BOCA ABIERTA”
Estaba considerada como una
enfermedad que afectaba a personas que estaban en contacto con telas o metales.
En el S XVII se establece la
conexión entre el asma u e polvo orgánico.
Los nativos del suroeste de América
se dejaban morder por pequeñas serpientes para inhalar su veneno y crear
resistencia a ella,
S: XI los curanderos chinos
hacían inhalar así pacientes extractos de llagas de varicela, aunque no tenía
consecuencias buenas, sería u adelanto a
la vacuna respiratoria.
En 1891 se comprueba que son
microorganismos los causantes de esta enfermedad.
1902 se publican los
documentos para crear anafilaxis.
A partir de 1011 se publican
los primeros tratamientos de vacunas
contra el asma, los cuales serían mejorados con el tiempo.
Estadísticas:
Que nos dice la OMS.
La tasa de letalidad
del asma es relativamente baja en comparación con otras enfermedades crónicas;
no obstante, en 2005 fallecieron 255 000 personas por esa causa.
La OMS calcula que en la actualidad hay
235 millones de pacientes con asma.
El asma es la enfermedad crónica más
frecuente en los niños.
El asma está presente en todos los
países, independientemente de su grado de desarrollo.
Más del 80% de las muertes por asma
tienen lugar en países de ingresos bajos y medios-bajos.
A menudo el asma no se diagnostica
correctamente ni recibe el tratamiento adecuado, creando así una importante
carga para los pacientes y sus familias, y pudiendo limitar la actividad del
paciente durante toda su vida.
Las muertes por asma aumentarán en casi
un 20% en los próximos 10 años si no se toman medidas urgentes. El asma no se
cura, pero con un diagnóstico y tratamientos adecuados y la educación del
paciente se puede lograr un buen control de la enfermedad.
¿Es
frecuente el asma en México y en Los Cabos, porque?
Sí, es frecuente en todos los
países, independientemente de su grado de desarrollo. Más del 80% de las
muertes por asma tiene lugar en los países de ingresos bajos o medio bajos, ósea
en desarrollo. Para lograr un control eficaz es imprescindible que los
medicamentos estén disponibles a la población más vulnerable.
En México de 112 millones de mexicanos, se calcula que aproximadamente 40
millones de mexicanos padecen una enfermedad alérgica y por lo menos 5 millones
tienen asma.
El estudio del ISAAC (estudio internacional del asma y enfermedades
alérgica en la infancia por sus siglas en inglés) es un estudio que evaluó los
patrones globales de la prevalencia y severidad de los síntomas de estas
enfermedades reporto que en México la prevalencia de Rinitis Alérgica varia del
11% en pacientes de 6-7 años de edad hasta un 15% en el grupo de 13 años; un 6%
en Dermatitis atópica y 8.5% en Asma.
Como
se debe de aplicar el tratamiento:
Como lo recete y lo explique
el médico tratante. Lo importante es controlar la enfermedad y evitar las
urgencias por mal control o mala aplicación del tratamiento.
Generalidades
de los inhaladores:
Son medicamento de rescate,
eso quiere decir que tenemos que utilizarlos siempre que se tenga una crisis o un
episodio agudo. Se tiene que tener un tratamiento de mantenimiento.
Los
espaciadores, donde los encontramos, porque funcionan.
Funcionan porque evitan que
el disparo a gran velocidad deje el medicamento impactado en la faringe del
paciente, y después cerca del 90% se deglute o se traga, haciendo que el
medicamento no se aplique en las vías respiratorias y por lo tanto no funcione.
Con el espaciador permite que el medicamento quede suspendido para poder
inhalarlo y ahí es justo donde queremos que ingrese, en las vías respiratorias
no en el tracto gastrointestinal.
Se encuentran con tu médico y
él te enseñará a manejarlo.
De todas formas este es un
video informativo español donde explican
cómo utilizar los dispositivos de manera fácil.
MITOS
DEL ASMA
El asma es una alergia.
Falso. Lo que ocurre es que aproximadamente 50% de los asmáticos
tiene también algún tipo de alergia y, en ellos, los estímulos ambientales,
ciertos alimentos (solo un 2% de asmáticos tiene una alergia alimenticia que
podría inducir una crisis) y medicamentos pueden desencadenar un episodio de
asma.
Si a mi hijo no le falta el aire, no
es asmático.
Falso. Un gran número de asmáticos nunca o casi nunca se
asfixia. El síntoma más importante y, en ocasiones, único puede ser la tos,
especialmente aquella asociada a ejercicio; infecciones respiratorias; cambios
bruscos de temperatura (especialmente de calor a frío); inhalación de algunos
químicos o, incluso, reírse.
El asmático debe usar medicamentos
solo cuando tiene síntomas.
Falso. La enorme mayoría de los asmáticos mantiene inflamación
persistente en los bronquios y los pulmones, y debe utilizar sus medicamentos
regularmente, incluso, cuando se siente bien. Si se demuestra por métodos
objetivos (medidas de función e inflamación pulmonar) que la enfermedad está
controlada y los episodios de pecho apretado son muy esporádicos, algunos
asmáticos podrían usar tratamiento intermitentemente, recibiendo vigilancia
estrecha.
Las medicinas para el asma son
peligrosas.
Falso. Más de 250 mil personas mueren prematuramente por asma
cada año. La enorme mayoría por estar mal medicada.
Los medicamentos para asma son seguros y efectivos, cuando son
bien utilizados.
Los esteroides inhalados (no tienen relación con los que usan
ilegalmente algunos atletas para aumentar sus músculos) constituyen el mejor
tratamiento que tenemos para controlar el asma y evitar que la enfermedad
produzca al asmático daño permanente.
Las vacunas contra alergias curan el
asma.
Falso. Las vacunas contra alergias no curan el asma. En algunos
asmáticos que también tienen alergias y cuya enfermedad es desencadenada por
ellas, las vacunas pueden tener algún papel dentro del tratamiento, pero esto
debe ser individualizado. De hecho, las vacunas contra alergias están
contraindicadas en todos los niños menores de 5 años de edad y en todos
aquellos que no tengan su asma controlada. No deben ser utilizadas para reemplazar
tratamientos que han demostrado ser efectivos y seguros. Los mayores y mejores
estudios publicados hasta ahora arrojan resultados conflictivos y sugieren que
la mejoría en la percepción de los síntomas es frecuentemente mayor que la
mejoría objetiva que se puede medir con pruebas respiratorias. Vacunar a todo
asmático (y a todo alérgico) es un error.
El asmático no debe “agitarse” ni
“serenarse”.
Falso. Uno de los objetivos más importantes del tratamiento es
devolver al asmático su calidad de vida. Un asmático bien controlado debe tener
la misma calidad de vida que alguien que no tiene asma, lo cual incluye
practicar el deporte de su elección. Los servicios de urgencias de hospitales
alrededor del mundo están llenos de asmáticos mal controlados. Un asmático con
buen control y bien educado en su enfermedad tiene mínimas posibilidades de
tener que buscar atención de urgencia.
El asma se cura con la edad.
Falso. El asma no se cura (hasta hoy) ni con la edad ni de
ninguna otra forma. Hay personas cuyos síntomas se apaciguan en algunos
momentos de la vida (p.ej.: adolescencia, embarazo, cambios de ciudad o país).
En esos determinados momentos, esta puede comportarse de manera diferente y
algunas personas que se asfixiaban antes y ya no lo hacen, tienden a pensar que
su enfermedad se curó, pero no es así. La enfermedad está en sus genes y los
acompañará adonde vayan.
Los remedios naturales curan el asma.
Falso. No tenemos cura para el asma hasta este momento, natural
o no natural, y reemplazar los medicamentos por remedios naturales ha
demostrado miles y miles de veces ser inefectivo y peligroso. Tampoco hay
dietas que curen o detengan el asma. Una dieta balanceada; hacer ejercicio
regularmente; utilizar medidas para controlar el estrés y los contaminantes
ambientales; disminuir el consumo de preservativos y otros químicos; bajar de
peso y disminuir así el reflujo de ácido desde el estómago hacia arriba; sacar
a los animales de las habitaciones y seguir las medidas generales de higiene
pueden ayudar a disminuir el riesgo de exacerbaciones.
Los chihuahuas (u otros animales)
curan el asma.
Falso. La Luna no es de queso, los minotauros no existen y los
chihuahuas no curan el asma. Los mitos y leyendas urbanas son solamente eso.
Mitos.
El asma se cura.
No es cierto. Es una enfermedad crónica que se puede
controlar pero no curar. Aunque muchas personas asmáticas en la
infancia ven que los síntomas remiten casi totalmente al llegar a la edad
adulta, también es un hecho que los síntomas pueden volver a presentarse más
adelante...
El asma es hereditario.
Pues tampoco, lo que ocurre es que existe una
predisposición genética. Las personas con antecedentes familiares
de asma o de alergias tienen mayor riesgo que la media de desarrollar
la enfermedad.
Es algo psicológico, el
enfermo cree que se ahoga y que no puede respirar.
Para nada, el asma es una enfermedad
física muy condicionada emocionalmente. El estrés hace que se agrave.
"No tengo asma, lo que
me pasa es que soy alérgico".
Confundir asma con alergia es frecuente pero aunque van de la mano
son cosas diferentes. Hay asma sin alergia aunque la mayoría de asma tiene
alergia. De los pacientes asmáticos la mayoría tienen rinitis pero no al revés
Si tienes asma no puedes
hacer deporte.
Falso, en realidad el ejercicio está indicado en pacientes
alérgicos pero hay que adaptarlo a esta patología. El paciente debe aprender a
controlar su enfermedad siguiendo el "plan de acción" creado por el
especialista que le trata. Con ese tratamiento personalizado y conociendo bien
los factores individuales que desencadenan sus crisis, cualquier
persona con asma puede controlar sus síntomas y practicar su deporte favorito.
A los asmáticos no les
conviene viajar.
Sí que se puede viajar pero llevando siempre la medicación
prescrita por el médico y valorando tanto la zona como las condiciones
climáticas. Ir a zonas rurales o cerca del mar sería lo ideal.
Rechazar el diagnóstico
porque "yo nunca he tenido asma ni alergias".
No ser alérgico de niño no nos exime de padecer alergias de
adulto. El asma no desaparece con la edad y puede aparecer en cualquier
momento de la vida.
Cuanto más limpia esté la
casa mejor.
La hipótesis higiénica es una de las más controvertidas. Mientras
que unos apuestan por la limpieza extrema otros aseguran que el aislamiento de
las viviendas favorece la aparición de ácaros. En lo que sí hay que disminuir la humedad en casa, ¡tiende la ropa fuera! o en
una habitación aislada.
"Me ha contagiado mi
hermano".
Al contrario, tener hermanos mayores puede reducir el
riesgo de sufrir asma. Además, la enfermedad se genera por una
respuesta errónea de las defensas a sustancias o situaciones que no deberían
provocar la reacción inflamatoria que provocan, y por tanto no es contagiosa.
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