Es una afección en la cual los contenidos estomacales se devuelven desde el estómago hacia el esófago, el conducto que va desde la boca hasta el estómago. Esto puede irritar el esófago y causa acidez gástrica y otros síntomas. Llamada correctamente Enfermedad de Reflujo Gastro Esofágico (ERGE).
El 7% de la población mundial padece ERGE.
Cuando comemos, el alimento pasa desde la garganta hasta el estómago a través del esófago. Un anillo de fibras musculares en la parte inferior del esófago impide que el alimento deglutido se devuelva. Estas fibras musculares se denominan esfínter esofágico inferior o EEI.
Cuando este anillo muscular no se cierra bien, los contenidos del estómago pueden devolverse hacia el esófago. Esto se denomina reflujo o reflujo gastro-esofágico. El reflujo puede causar síntomas. Los ácidos gástricos fuertes también pueden dañar el revestimiento del esófago.
Una de las causas más importantes y conocidas es la alteración a nivel del esfínter esofágico inferior, que es un anillo muscular que rodea al esófago en su unión con el estómago, y permanece cerrado impidiendo que el contenido del estómago vuelva de nuevo al esófago. Cuando el esfínter se altera y se produce una disminución de su presión en reposo, se relaja y no ejerce bien su función, de forma que el contenido estomacal refluye. Determinados fármacos y sustancias como el alcohol, el chocolate o el tabaco favorecen la relajación del esfínter y, por lo tanto, el reflujo.
Otro de los factores que determinan la aparición de la enfermedad por reflujo es la alteración del “aclaramiento esofágico”, es decir, la capacidad del esófago para vaciar de forma rápida y completa el contenido gástrico refluido.
Por último, la alteración de la resistencia de la mucosa para soportar los factores agresivos puede favorecer también la aparición de la enfermedad y de lesiones en el esófago.
El reflujo gastroesofágico es uno de los trastornos digestivos más frecuentes. Los estudios demuestran que hasta el 15% de la población presenta síntomas de reflujo al menos una vez a la semana, y que alrededor del 7% los sufren a diario.
Entre los factores de riesgo para el desarrollo del reflujo están:
- Consumo de alcohol (posiblemente)
- Alimentación rica es especias, condimentos y picantes.
- Consumo de refrescos.
- Hernia de hiato (una afección en la cual parte del estómago pasa por encima del diafragma, el músculo que separa el tórax y la cavidad abdominal)
- Obesidad
- Embarazo
- Esclerodermia
- Tabaquismo
La acidez gástrica y el reflujo gastroesofágico se pueden producir o empeorar por el embarazo. Los síntomas también pueden ser causados por ciertos medicamentos, como:
- Anticolinérgicos (por ejemplo, para el mareo)
- Betabloqueadores para la hipertensión arterial o la cardiopatía
- Broncodilatadores para el asma
- Bloqueadores de los canales del calcio para la hipertensión arterial
- Fármacos dopaminérgicos para el Parkinson
- Progestágeno para el sangrado menstrual anormal o el control natal
- Sedantes para el insomnio o la ansiedad
- Antidepresivos tricíclicos
Si usted sospecha que uno de los medicamentos le puede estar causando acidez gástrica, hable con el médico. Nunca cambie ni suspenda un medicamento que usted tome regularmente sin hablar con el médico.
Los síntomas comunes de ERGE son:
- Sentir que el alimento se atora por detrás del esternón.
- Acidez gástrica o dolor urente en el pecho.
- Náuseas después de comer.
Los síntomas menos comunes son:
- Devolver el alimento (regurgitación)
- Tos o sibilancias
- Dificultad para deglutir
- Hipo
- Ronquera o cambios en la voz
- Dolor de garganta
Los síntomas pueden empeorar cuando usted se agacha o se acuesta o cuando come. Los síntomas también pueden ser peores en la noche.
Muchas veces, si todavía no existe alteración en el esófago y hay solo reflujo, este es asintomático.
La pirosis es el síntoma más frecuente del reflujo gastroesofágico: consiste en la sensación de quemazón o dolor a nivel del esternón. Aumenta tras comidas abundantes y si el paciente se tumba.
También puede aparecer la regurgitación de un material agrio en la boca, dificultad para tragar o dolor torácico. De hecho, el reflujo es una causa muy frecuente de dolor torácico no cardiaco, que a veces puede ser clínicamente indistinto de un dolor torácico debido a un infarto agudo de miocardio.
Otras veces, las manifestaciones clínicas del reflujo son distintas y muy variadas: eructos, dolor abdominal, sensación de pesadez después de las comidas, náuseas, hipo, etc. Sin embargo, en otras ocasiones, el reflujo puede manifestarse como molestias en la faringe y en la laringe, como afonía o sensación de un cuerpo extraño en la garganta.
Las alteraciones respiratorias también son muy frecuentes, pudiendo aparecer tos nocturna, neumonía, bronquitis, broncoconstricción, asma crónica, etcétera.
En el caso de que existan ulceraciones en la mucosa del esófago, podrían aparecer también hemorragias.
En los niños, la manifestación principal va a ser la regurgitación excesiva del contenido del estómago a la boca, y aparecerán fundamentalmente síntomas respiratorios. También puede manifestarse como anemia, retraso en el crecimiento o tortícolis intermitente
Tal vez no se necesite ningún examen si los síntomas son leves.
Si los síntomas son graves o reaparecen después de haber recibido tratamiento, el médico puede llevar a cabo un examen llamado esófago-gastro-duodenoscopia (EGD).
- Se trata de una prueba para examinar el revestimiento del esófago (el conducto que conecta la garganta al estómago), el estómago y la primera parte del intestino delgado.
- Se hace con una pequeña cámara (endoscopio flexible) que se introduce por la garganta.
- Un examen que mide con qué frecuencia el ácido gástrico entra en el conducto que va desde la boca hasta el estómago (llamado el esófago).
- Un examen para medir la presión dentro de la parte inferior del esófago (manometróa)
Con un examen de sangre oculta en heces positivo se puede diagnosticar sangrado proveniente de la irritación en el esófago, el estómago o los intestinos.
Usted puede hacer muchos cambios en el estilo de vida para ayudar a tratar sus síntomas.
Otros consejos son:
- Si tiene sobrepeso o es obeso, en muchos casos, bajar de peso puede ayudar.
- Evite fármacos como el ácido acetilsalicílico (aspirin), ibuprofeno (Advil, Motrin) o naproxeno (Aleve, Naprosyn). Tome paracetamol (Tylenol) para aliviar el dolor.
- Tome sus medicamentos con bastante agua. Cuando el médico le dé un nuevo medicamento, no olvide preguntarle si éste empeorará su acidez gástrica.
Usted puede usar antiácidos de venta libre como TUMS, después de las comidas y a la hora de acostarse, aunque es posible que el alivio no dure mucho tiempo. Los efectos secundarios comunes de los antiácidos abarcan diarrea o estreñimiento.
Otros fármacos de venta libre y de venta con receta pueden tratar la ERGE. Actúan más lentamente que los antiácidos pero le brindan alivio más prolongado. El farmacéutico, el médico o el personal de enfermería le pueden decir cómo los debe tomar.
- Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) disminuyen la cantidad de ácido producida en el estómago.
- Los bloqueadores (antagonistas) de H2 disminuyen la cantidad de ácido liberada en el estómago.
La cirugía antirreflujo puede ser una opción para pacientes cuyos síntomas no desaparecen con cambios en el estilo de vida y fármacos. La acidez gástrica y otros síntomas deben mejorar después de la cirugía, pero aún puede ser necesario que tome medicamentos para la acidez.
Igualmente, hay terapias nuevas para el reflujo que se pueden llevar a cabo por medio de un endoscopio (sonda flexible que se pasa a través de la boca hasta el estómago).
La mayoría de las personas responde a los cambios en el estilo de vida y medicamentos. Sin embargo, muchos pacientes necesitan seguir tomando fármacos para controlar sus síntomas.
- Empeoramiento del asma
- Un cambio en el revestimiento del esófago que puede aumentar el riesgo de cáncer (Esófago de Barret)
- Broncoespasmo (irritación y espasmo resultante de las vías respiratorias debido al ácido)
- Tos o ronquera crónicas
- Problemas dentales
- Úlcera esofágica
- Estenosis (un estrechamiento del esófago debido a cicatrización)
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