Hola a todos los niños interiores, por estar tan cerca la fecha del día del niño, creo que es importante la prevención de enfermedades y problemas de autoestima, por lo que este tema es de vital importancia para los papás.
Aumento del
sobrepeso y la obesidad infantiles
La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves
del siglo XXI. El problema es mundial y está afectando progresivamente a muchos
países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano. La
prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante. Se calcula que en 2010 hay 42
millones de niños con sobrepeso en todo el mundo, de los que cerca de 35
millones viven en países en desarrollo.
Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la
edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas
enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades
cardiovasculares. El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas son en
gran medida prevenibles. Por consiguiente hay que dar una gran prioridad a la
prevención de la obesidad infantil.
¿Qué son el sobrepeso y la obesidad?
El sobrepeso y la obesidad se
definen como «una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo
para la salud».
Medición
del sobrepeso y la obesidad
Resulta difícil encontrar una
forma simple de medir el sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes porque
su organismo sufre una serie de cambios fisiológicos a medida que van
creciendo. Dependiendo de la edad, existen varios métodos para determinar qué
es un peso corporal saludable:
Entre
los 0 y los 5 años
Los Patrones de crecimiento
infantil de la OMS, presentados en abril de 2006, incluyen mediciones del
sobrepeso y la obesidad en lactantes y niños de hasta 5 años.
Entre
los 5 y los 19 años
La OMS ha elaborado Datos de
referencia sobre el crecimiento entre los 5 y los 19 años. Se trata de una
reconstrucción de la referencia de 1977 del Centro Nacional de Estadísticas
Sanitarias (NCHS)/OMS y utiliza los datos originales del NCHS, complementados
con datos de la muestra de menores de 5 años utilizada para elaborar los
patrones de crecimiento infantil de la OMS.
En
adultos
El parámetro más utilizado para
medir el sobrepeso y la obesidad es el índice de masa corporal (IMC), cuya
determinación es sencilla y permite identificar el sobrepeso y la obesidad en
los adultos, tanto a nivel individual como poblacional. El IMC se define como
el peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros (kg/m2).
El IMC es el mismo para ambos sexos y todas las edades (en adultos). Sin
embargo, debe considerarse como una orientación no muy precisa, porque puede no
corresponderse con el mismo porcentaje de grasa corporal en diferentes
individuos. El IMC todavía no es utilizable en los niños.
¿Por qué son importantes el sobrepeso y la
obesidad infantiles?
Consecuencias
de los modos de vida poco saludables durante la infancia
La obesidad infantil se asocia
a una mayor probabilidad de muerte y discapacidad prematuras en la edad adulta.
Los niños con sobrepeso u obesos tienen mayores probabilidades de seguir siendo
obesos en la edad adulta y de padecer a edades más tempranas enfermedades no
transmisibles como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares.
El riesgo de la mayoría de las
enfermedades no transmisibles resultantes de la obesidad depende en parte de la
edad de inicio y de la duración de la obesidad. La obesidad en la infancia y la
adolescencia tienen consecuencias para la salud tanto a corto como a largo
plazo. Las consecuencias más importantes del sobrepeso y la obesidad
infantiles, que a menudo no se manifiestan hasta la edad adulta, son:
- · las enfermedades cardiovasculares (principalmente las cardiopatías y los accidentes vasculares cerebrales);
- la diabetes;
- los trastornos del aparato locomotor, en particular la artrosis, y
- · ciertos tipos de cáncer (de endometrio, mama y colon).
Los datos de 2005 muestran las
consecuencias a largo plazo de un estilo de vida no saludable. Cada año mueren
a consecuencia del sobrepeso y la obesidad por lo menos 2,6 millones de
personas.
La
doble carga: un riesgo grave
Muchos países de bajos y
medianos ingresos se enfrentan en la actualidad a una "doble carga"
de morbilidad: siguen debatiéndose con el problema de las enfermedades
infecciosas y la subnutrición, y al mismo tiempo están sufriendo un rápido
aumento de los factores de riesgo de enfermedades no transmisibles como la
obesidad y el sobrepeso, especialmente en el medio urbano. No es raro que en un
mismo país, comunidad u hogar coexistan lado a lado la subnutrición y la
obesidad.
Esta doble carga es causada por
una nutrición inadecuada durante el periodo prenatal, la lactancia y la
infancia, seguida de una exposición a alimentos ricos en grasas y calorías y
pobres en micronutrientes, así como de una falta de actividad física a medida
que el niño va creciendo.
¿Cuáles son las causas?
Causas
por las que los niños y adolescentes se vuelven obesos
La causa fundamental del
sobrepeso y la obesidad infantiles es el desequilibrio entre la ingesta
calórica y el gasto calórico. El aumento mundial del sobrepeso y la obesidad
infantiles es atribuible a varios factores, tales como:
· El cambio dietético mundial hacia un aumento de la ingesta
de alimentos hipercalóricos con abundantes grasas y azúcares, pero con escasas
vitaminas, minerales y otros micronutrientes saludables.
· La tendencia a la disminución de la actividad física debido
al aumento de la naturaleza sedentaria de muchas actividades recreativas, el
cambio de los modos de transporte y la creciente urbanización.
Causas
sociales de la epidemia de obesidad infantil
La OMS reconoce que la
prevalencia creciente de la obesidad infantil se debe a cambios sociales. La
obesidad infantil se asocia fundamentalmente a la dieta malsana y a la escasa
actividad física, pero no está relacionada únicamente con el comportamiento del
niño, sino también, cada vez más con el desarrollo social y económico y las
políticas en materia de agricultura, transportes, planificación urbana, medio
ambiente, educación y procesamiento, distribución y comercialización de los
alimentos.
El problema es social y por
consiguiente requiere un enfoque poblacional, multisectorial, multidisciplinar
y adaptado a las circunstancias culturales.
Al contrario de la mayoría de
los adultos, los niños y adolescentes no pueden elegir el entorno en el que
viven ni los alimentos que consumen. Asimismo, tienen una capacidad limitada
para comprender las consecuencias a largo plazo de su comportamiento. Por
consiguiente necesitan una atención especial en la lucha contra la epidemia de
obesidad.
¿Qué se puede hacer para luchar contra la
epidemia de obesidad infantil?
El sobrepeso, la obesidad y las
enfermedades no transmisibles conexas son en gran medida prevenibles. Se acepta
que la prevención es la opción más viable para poner freno a la epidemia de
obesidad infantil, dado que las prácticas terapéuticas actuales se destinan en
gran medida a controlar el problema, más que a la curación. El objetivo de la
lucha contra la epidemia de obesidad infantil consiste en lograr un equilibrio
calórico que se mantenga a lo largo de toda la vida.
Recomendaciones
generales
· aumentar el consumo de frutas y hortalizas, legumbres,
cereales integrales y frutos secos;
· reducir la ingesta total de grasas y sustituir las saturadas
por las insaturadas;
· reducir la ingesta de azúcares, y
· mantener la actividad física: un mínimo de 60 minutos
diarios de actividad física de intensidad moderada o vigorosa que sea adecuada
para la fase de desarrollo y conste de actividades diversas. Para controlar el
peso puede ser necesaria una mayor actividad física.
Recomendaciones
para la sociedad
Para frenar la epidemia de
obesidad infantil es necesario un compromiso político sostenido y la
colaboración de muchas partes interesadas, tanto públicas como privadas. Los
gobiernos, los asociados internacionales, la sociedad civil, las organizaciones
no gubernamentales y el sector privado tienen un papel fundamental en la creación
de entornos saludables y de condiciones de asequibilidad y accesibilidad de
opciones dietéticas más saludables para los niños y los adolescentes. Por
consiguiente, el objetivo de la OMS consiste en movilizar estos asociados e
involucrarlos en la aplicación de la Estrategia mundial sobre régimen
alimentario, actividad física y salud.
La OMS apoya la definición,
aplicación y seguimiento de medidas, así como el liderazgo en su aplicación.
Para avanzar es necesario un enfoque multisectorial que movilice las energías,
recursos y conocimientos técnicos de todas las partes interesadas a escala
mundial.
Lecciones para prevenir
la obesidad infantil
- Trabajo colaborativo entre comunidad, escuela y autoridades:
clave para reducir la obesidad infantil en México
La
promoción de una alimentación saludable y actividad física en niños y niñas de
6 a 10 años dentro de las escuelas, podría contribuir a la prevención del
sobrepeso y obesidad, así lo demostró un estudio desarrollado en Tlaltizapán,
Morelos, por los institutos nacionales de Salud Pública (INSP) y de Pediatría
(INP), en colaboración con el Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos
de Chile (INTA).
El estudio
se centró en promover hábitos de alimentación saludable y actividad física
tanto en las escuelas como en el entorno comunitario, logrando una amplia
participación de las familias y una estrecha colaboración de las autoridades
municipales, educativas y de salud de la comunidad.
Padres de
familia, alumnos, profesores, directivos y vendedores de alimentos en las
escuelas participaron en talleres y actividades prácticas de capacitación,
concientización y promoción, con el objetivo de aumentar la actividad física,
la disponibilidad y consumo de verduras, frutas, alimentos saludables y agua,
así como reducir la disponibilidad y consumo de alimentos y bebidas cuya venta
está restringida por los lineamientos escolares establecidos en 2011 por las
Secretarías de Educación y de Salud.
Las
actividades de promoción contaron con amplia participación de madres de
familia, quienes realizaron concursos sobre recetas saludables, lograron la
impresión de un recetario de los platillos locales más saludables, la difusión
de estas acciones en programas de radio y desarrollaron múltiples actividades
lúdicas con la participación de los menores. Estas acciones tuvieron un gran
impacto en el empoderamiento de los Consejos Escolares de Participación Social,
conformados principalmente por madres y padres de familia comprometidos con la
salud de sus hijos, beneficiando a las más de 760 familias de las escuelas de
nivel primaria de la localidad.
Los
resultados obtenidos por el estudio fueron muy alentadores y se reflejaron en
un incremento significativo de la condición física de los niños en velocidad y
resistencia, gracias a la mejora en la calidad de las clases de educación
física, la práctica cotidiana de activación física y la implementación de
recreos activos.
Entre los
resultados sobre actividad física se encuentran:
- Las clases de educación física aumentaron alrededor de
15 minutos de duración.
- La actividad física moderada y vigorosa en dichas
clases aumentó 16 minutos en promedio.
- En escuelas de tiempo completo se logró incrementar en
2 660 el número de pasos de los niños durante la jornada escolar, y en 531
pasos en las escuelas de horario regular.
Respecto a
la promoción de la alimentación saludable, algunos de los logros fueron:
- Una disminución importante en el consumo, durante el
periodo escolar de alimentos y bebidas restringidas por los lineamientos
escolares.
- Se redujo en 86% el consumo de botanas dulces compradas
en la escuela durante el recreo, como galletas, pastelillos, dulces,
chocolates, etc.
- Disminuyó en 72% el consumo de alimentos fritos
comprados en la escuela.
El estudio
se diseñó tomando en cuenta la experiencia del Instituto de Nutrición y
Tecnología de Alimentos de Chile (INTA), institución que ha aplicado programas
de promoción de alimentación saludable y actividad física en escuelas de Chile,
con excelentes resultados y reconocimiento internacional. Considerando estos
logros, el estudio se llevó a cabo del 2011 al 2013 bajo el liderazgo del Dr.
Juan Ángel Rivera Dommarco, director del Centro de Investigación en Nutrición y
Salud del INSP y del Mtro. Héctor Ávila Rosas, jefe del Departamento de
Investigación en Epidemiología del INP; y con la participación de un equipo de
enfermeras, profesores de educación física, nutriólogas, psicólogos y médicos
coordinados por la Mtra. Jessica Moreno Saracho, investigadora del INSP.
La
investigación realizada en Tlaltizapán mostró la complejidad del problema que
representa la obesidad y sus resultados aportan evidencia útil para la
promoción de la alimentación saludable y la actividad física en escolares, y
brindan bases para proponer estrategias para reducir la prevalencia de obesidad
infantil con el trabajo colaborativo entre la comunidad, la escuela y las
autoridades.
“Estamos
contentos con los resultados que se lograron gracias a la participación de las
madres de familia, maestros, directores y equipos de los institutos de salud
que participamos. Esta experiencia nos enseñó muchas lecciones que pueden ser
de utilidad para mejorar la implementación de las regulaciones de alimentos y
la promoción de actividad física en las escuelas, para mejorar la nutrición de
los niños.” puntualizó el Dr. Juan Rivera Dommarco durante la presentación de
los resultados del estudio.
THE LANCET PUBLICA SERIE
SOBRE LA OBESIDAD EN EL MUNDO
- El fracaso mundial al intentar abatir la epidemia de
obesidad demanda una nueva forma de pensar el problema, aseguran los
expertos
Cuernavaca,
Mor. (Febrero 18, 2015) El progreso en la lucha contra la obesidad a nivel
mundial es “inaceptablemente lento”, de acuerdo con lo expuesto en los seis
artículos que conforman la nueva Serie sobre obesidad publicada en la revista The
Lancet este
día.
De acuerdo
con la Serie, hacia el 2010 tan solo uno de cada cuatro países había
implementado políticas públicas para promover una alimentación saludable. En
todo el mundo las tasas de obesidad infantil se incrementaron dramáticamente en
menos de una generación, y si bien en algunos países estas tasas han comenzado
a estabilizarse, ninguna nación cuenta con datos sobre una disminución de las
tasas de obesidad entre su población.
Por otro
lado, la industria alimentaria tiene un interés especial en la población
infantil, ya que una exposición repetida a bebidas endulzadas y alimentos
altamente procesados durante esta etapa crea preferencias de sabor, lealtad a
la marca, y otros “beneficios” para la industria. No obstante, pocos países han
desarrollado políticas o implementado las recomendaciones internacionales para
proteger a los niños de los daños a la salud causados por la obesidad.
Las
estimaciones presentadas en la serie de The Lancet sugieren que el consumo de calorías ha
aumentado considerablemente en niños, en parte asociado al interés que la
industria de los alimentos tiene en ellos. En Estados Unidos, por ejemplo, los
niños consumen en promedio 200 kcal más al día de lo que hacían en la década de
los 70, lo que representa un negocio de 20 mil millones de dólares para la
industria alimentaria.
Por otra
parte, los colaboradores de la Serie apuntan a la importancia de reformular la posición
que se tiene frente a la epidemia de obesidad para lograr detenerla y
revertirla, ya que en términos generales, el avance ha sido poco. En este
sentido, deben reconocerse las responsabilidades sobre la salud tanto del
individuo como de los ambientes alimentarios, influenciados éstos por
determinantes biológicos, psicológicos, sociales y económicos. Asimismo,
señalan la necesidad de romper el “círculo vicioso” de la oferta y la demanda
de alimentos poco saludables a través de la implementación de políticas
gubernamentales “inteligentes”, en un esfuerzo conjunto con la industria y la
sociedad. Dichas políticas deberán propiciar un ambiente saludable; una mejor
disponibilidad, precio y estándares nutricionales; una regulación más estricta
de la publicidad que influya en la elección de alimentos y bebidas y otras
medidas como impuestos sobre productos no saludables, etc.
Sin
embargo, la responsabilidad de reducir la prevalencia de la obesidad va mucho
más allá de los gobiernos, dicen los autores de la serie, y hacen un llamado a
los profesionales de la salud pública y a la sociedad: recomiendan la acción
civil como clave para apoyar las políticas contra la obesidad e insisten en que
debe mejorarse la capacitación de los profesionales de la salud, particularmente
frente a los prejuicios acerca de los pacientes con obesidad.
La Serie
sobre Obesidad puede consultarse en el sitio web de
la revista The Lancet, en el siguiente enlace:www.thelancet.com/series/obesity-2015
Por su
parte, el Dr. Juan Rivera Dommarco, director adjunto del Centro de
Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública,
participó como coautor del artículo “Mobilisation of public support for policy
actions to prevent obesity”, en el que los expertos muestran la importancia y
el papel que tienen diversos actores sociales, incluyendo la sociedad civil, en
la demanda de políticas públicas para la prevención de la obesidad.